Es muy válido pensar que son terribles los tiempos que nos ha tocado vivir. No estoy aquí para afirmarlo o negarlo. Sea usted, lector, libre de creer lo que quiera al respecto. Finalmente, nada está dicho; pero es obvio que Lester ha querido (quizás sin proponérselo) mostrar algo de las miserias humanas que todos tenemos muy cerca. Es esto en lo que pienso apenas me siento a escribir este texto. Lo cual me confirma que lo miserable siempre será un buen tema para ¿inventar? breves historias.

Este libro del joven autor cubano podría llamarse de varias maneras, como alguno de los títulos encontrados dentro del propio conjunto de pequeñas historias que conforman el libro. Sin embargo, creo que Cuestión de origen es el que mejor se acomoda. Este “origen” podría ser el de Lester, si tomamos en cuenta que es su ópera prima; pero me resulta imposible no pensar en otros orígenes, en otros umbrales, más vinculados con su procedencia geográfica.
Cada texto es una brevísima historia que, a su vez, casi siempre, refleja personajes y situaciones que se acercan a la realidad, no sólo a la de la vida, sino también a la de la ficción, esa que hemos conocido en algunos relatos pero también en la Historia de la humanidad. (…)

GERAUDÍ GONZÁLEZ OLIVARES

Portada del libro/ El Taller Blanco Ediciones
BookTrailer Cuestión de origen

Los minicuentos que componen al libro permiten reflexionar acerca de la posibilidad de que, por contradictorio que parezca, uno de nuestros orígenes esté en la muerte.

El discurso sostenido gira en torno a una muerte manifiesta no solo en la literalidad de un homicidio, sino mayormente expresada en subterfugios como la inaceptación propia, el culpar al inocente, la renuncia a valores, el odio al prójimo, condenar lo justo, o el truncamiento de la libertad en todas sus formas.

F. Ballester la matiza con el humor, la tragedia, lo sensorial, lo sublime, lo poético y con el knock out de la realidad.

Gisselle Pérez Llanes

Ilustración original de Javier Vila