El triángulo de las heridas
El primer trabajo que tuve fue como ayudante de carpintero, lo hacía los fines de semana y el empleador era mi padre. Tenía quizás catorce o quince años y aun con mi alergia respiraba aquella dosis de polvillo de lija como drogadicto profesional. Mi pasión era ver cincuenta pesos en la mano luego de que…